Es dificil mantener un blog vivo, aunque sea en estado vegetativo. Realmente dificil. De hecho hace cinco minutos se me ha ocurrido la idea de acabar con el mio, poniendo una breve nota de despedida: más o menos así: "Seguiré escribiendo, pero ya no por aquí. Gracias a todos los que me habeis dedicado un poco de vuestro tiempo." La idea era esa, y en el fondo mantengo más o menos el espíritu, ya que ultimamente tengo pocas ganas de escribir, pero lo facil sería dejarse llevar y callarse. Sin más. Leí en Maus una frase que me gustó, algo como: vivir es ganar, y morir, perder. En este sentido, estoy ganando, porque sigo vivo y en su extension escribiendo aqui y ahora. No he de negar que mi recital-interruptus ( y lo demás) me ha quitado las ganas de seguir jugando a ser poeta. Ya de hecho la propia palabra hace que me ruborice, empieza a ser un recuerdo lejano, de cuando era un crio, o sencillamente un adolescente ( alargando mucho el concepto, eso si). Y es que hoy estoy un tanto sensible, no triste ( o quizá un poco) pero de una manera distinta. De una manera tranquila, como si hubiera llegado a puerto, después de muchas marejadas y tormentas. Las horas se me pasan cada vez mas rapidas, aunque tu me sigues estando lejos. No pasa nada, te siento cerca, casi noto tu cabeza en mi hombro, justo como la piececita que me faltaba, de una manera natural. De hecho, tampoco voy a dejar de escribir, no, no. Ayer mismo escribí un cuento "Calaveritas". Pero, esas cosas ya no me definen, estoy en otro lugar. O quiza han sido ellas las que se han ido, quien sabe. Ya no me asustan las negativas, ahora me doy cuenta de que todos mis sufrimientos anteriores, han servido para algo: el mundo no era tan cruel. Estoy convencido de que sobreviviré a cualquier cosa. Estoy aquí.
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