Jugaba solo.
Una infancia
Sin compartir.
La época más infeliz:
Llena de monstruos
Y juguetes
Nuevos.
Ningún cumpleaños.
Ninguna novia.
Fui creciendo.
Acostumbrándome,
Pero no del todo.
La muerte es
Silenciosa
Y se esconde
En la soledad.
Beber.
Y recordar.
Imaginar.
Perderse,
Interrogarse
Sin jamás encontrar
Réplica.
Y continuar,
En un
Desierto que
Crece,
Que se
Expande
En la persiana bajada del
Viernes tarde
En el café frio,
En los chats de
Madrugada.
La distancia
Insalvable
De la herida
Que no
Cicatriza nunca.
Esperando,
(Escondido)
A que la vida
Me tome por
Muerto.
Y entonces,
Entonces,
Llegaste tú,
Rompiéndolo todo
Enseñándome
Mi nuevo
Lenguaje,
Quebrando
El alma.
Y por esas
Grietas,
Como dedos
Rescatados,
Frios
Y temblorosos
Reaparece de nuevo
La luz.
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