La soledad golpea siempre más fuerte por la noche. Durante el día, sólo pienso en alejarme más y más de todo el mundo. No quiero hablar con nadie, no quiero que nadie se dirija a mi y ojalá, deseo, pudiera ser invisible.
Por la noche es distinto.
El silencio llega. Y entonces quiero hablar pero nadie me habla y entonces quiero ser visto pero soy invisible.
No sé cómo he llegado hasta aquí.
Tengo miedo.
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