Salgo de mi trabajo
que me encanta
pensando en el fin de semana
y en mi futuro profesional.
Brillante.
Ilusionante.
Y también en mis compañeras
de piso.
Guapas.
Francesas.
Morenas y rubias.
Simpáticas.
Una tiene un pez.
Paro en la gasolinera,
Y compro diesel 93.
Una garrafa pequeña.
Estoy deseando ver a mis compañeras de piso.
Y al pez,
que se llama Pancho
y da golpes al cristal
cuando me ve entrar en la cocina.
Pide comida.
Creo.
Echo la gasolina por todas
las habitaciones.
Y fumo tranquilo en la
puerta.
Es una madrugada de abril,
que es el mes más cruel para Eliot,
pero
DEMONIOS!
Parece una soleada mañana
de agosto.
Pongo en marcha el
coche
y me pongo rumbo a Barcelona.
De noche se conduce mejor.
Siempre he querido visitar
la ciudad.
Nunca soporté a ese pez.
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