"En cuanto a Béaver o Jeremy, que así es como lo llama su madre, Roger procura no pensar en él más de la cuenta. Aun así, se tortura por cuestiones técnicas. No es posible que ella -¿o tal vez si?- Haga Las Mismas Cosas con Jeremy. Por ejemplo, ¿le besa Jeremy alguna vez el chocho? ¿Será posible que ese gilipollas...? ¿Acaso extiende ella el brazo, mientras están en la cama, y desliza un dedo perverso -ella, su rosa inglesa- en el agujero del culo de Jeremy? Basta, basta (¿pero le chupa ella acaso el pito? ¿Ha tenido él alguna vez su cara, su cara siempre tan insolente, entre las maravillosas nalgas de Jessica?), pensar en esto no lleva a ninguna parte".
Thomas Pynchon, El arcoiris de gravedad
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