sábado, 8 de agosto de 2015

Metropolis

Una carta pequeña. Casi la había olvidado. Era de Rachel, de hace unos cuatro años. "Querido Isi, Hola. ¿Qué tal? Voy a estar directa. Quiero verte mas que una vez cada cinco o siete días. Sin embargo, no quiero distraerte de tu trabajo. Entonces: aquí tengo la solución, si compartes mi sentimiento. Sino, no hay problema y continuas tu vida como si esta carta nunca existió (eso es mi linea dramática de la carta). El miércoles me quedaré en la universidad después de mis clases porque prefiero estudiar allí. Si quieres, cuanto de vayas de tu segunda casa, me puedes enviar un SMS y te quedaré en la parada de autobús. He incluido quince centésimos por el mensaje. Así, bajamos a Alicante mientras lo pasamos bien, hasta llegar en Alicante donde nos separamos. No se si necesito subjuntivo en esa frase pero fuck it. Espero que te guste mi plan. Creo que es una "gana-gana"/"win-win". Un beso muy grande y que tengas un buen dia. Raquelita". La he encontrado mientras recogía por última vez mi mesa en el departamento de filosofía: sólo esperaba recoger los libros de la mesa, grabar algún tutorial de piano y largarme de allí lo más rápido posible, con el paso del tiempo aquel lugar ha pasado de ser el reflejo de mis sueños, de un futuro brillante y feliz, a ser una autentica pesadilla donde he perdido mi autoestima, gran parte de mis ilusiones y mi inocencia. No recordaba la carta, pero sí el día en el que la recibí: sí que le envié el mensaje y sí que bajamos juntos a Alicante. Creo que acabamos en su cuarto, besándonos y escuchando a Belle & Sebastian. Ella insistía en ponérmelos y ponerme la letra para que practicara mi ingles. No me ha gustado recordar ese detalle, esa primera carta de amor que ha sido también la última que he recibido en mi vida. Al leer esas palabras tan inocentes, la tristeza más radical me ha invadido de nuevo, ni siquiera se como expresarlo, no tanto por el hecho de ser un recuerdo de una ex, o algo así sino por recordarme mis propias limitaciones, de nuevo todo vuelve a girar sobre mi mismo, como si yo fuera alguien importante…no, no lo soy, y precisamente por eso, por darme cuenta de que en una ocasión lo fui para alguien hace que la herida duela mucho más que antes, ya no puedo mirar a otro lado, últimamente todo son recuerdos sobre el pasado, diferentes, la mayoría irrelevantes, ridículos, pero sean como sean tienen una cosa en común: me duelen. Esto está roto, estoy escribiendo intentando no mirar, dejar constancia sin entrar a fondo en los detalles, pero sin eso estas palabras son solo fuegos de artificio, caprichos, juegos, tengo que coger el cuchillo y abrirme, sacarlo todo, dejar las tripas caer al suelo, mirando al frente, a ese rostro que envejece poco a poco. Y he sido tan idiota de ponerme a buscar a Rachel por facebook, por twitter, por instagram para decirle simplemente "hola", pero no la he encontrado, quizá me borró hace años. Y me siento derrotado por mi propia derrota, al ser incapaz de permanecer en silencio, mendigando atención, escribiéndome con la ultima chica con la que contacté en aquella página de idiomas para aprender ruso, Kate, Katia (no "Katja", como Katja Kassin, la reina anal del porno alemán, o algo así), Ekaterina, pero no sirve de nada, porque no es Laura, no es Dasha, no es nadie que haya conocido y la propia ilusión de la distancia lo convierte en una experiencia que aumenta mi soledad, incluso Sara tampoco me sirve, no no, porque aunque hablemos mucho y parezca que nos entendemos ella vive en Uppsala y yo solo hago que soñar, soñar con que alguien me abraza, pensar que esto acabará de una vez y que con el tiempo, apenas lo recordaré como un sueño de sudor frío como esos que se tienen con la fiebre. Pero es real, está aquí, y puedo sentirlo en la piel, en mi mirada cristalina, como a punto de llorar. Y como un idiota busco estímulos por todas partes, escribiendo en un chat a la vez que intento escribir aquí, revisando whatsapp, enviando mensajes lastimeros a Laura por facebook (Hi little L.!!! :) how are you? :) I can't express how great would be to talk with you again ^^) sabiendo que nunca me contestará. Busco en las personas bloqueadas, pero no logro echar a nadie de menos, o, mejor dicho, no creo que de esas personas nadie se alegre de saber de mi, por no hablar de las excusas que tendría que pensar para cubrir de razonabilidad ese hiato del bloqueo, esas mentiras blandas, liquidas, y la sensación predominante es la del hámster que corre en la rueda pero no va a ningún lugar, es la realidad, la carta de Rachel y todos los fracasos posteriores y la hoja de asistencia de aquella clase del curso 2013-2014, con aquellas malditas firmas, y los recuerdos adheridos, el virus de la memoria, y la falta de sentido y aquel ambiente incomodo en el que ya hay demasiados restos de mi pasado, no me gusta ni mi mesa, ni la sala ni los escasos dos pasos de distancia hasta la otra sala en la que está la fotocopiadora y veo que la puerta está abierta y que hay una bici y por un momento tengo miedo de encontrarme con alguna de esas caras, porque no se que decir, porque no me veo capaz de poder expresar mi dolor de una manera real, tengo miedo de que se me aflaute la voz y de parecer de nuevo un idiota y me acuerdo de aquella reunión en el despacho de una profesora en la que me dijo que yo tenia que presentar la siguiente reunión de aquel seminario interdisciplinar porque no había participado lo suficiente, porque no hablaba, porque mi silencio se hacia demasiado notable en la sala y aunque no tenga nada que ver años después me enteré de que su marido o pareja o novio o lo que fuese era uno de los profesores de mi departamento que la engañaba con todas las mujeres que podía o por lo menos eso fue lo que me dijo a mi y a otro profesor en un viaje, cuando estaban borrachos y cuando la verdad era demasiado pesada como para llevarla dentro del estomago y era de los que en mitad de la sala de recepción, antes del comienzo de las conferencias susurraba "le partiría el culo a esa tía" y cosas por el estilo y a mi me parecía asqueroso, porque el porno es solo una alienación, algo que no pertenece a lo habitual, pero no como una herramienta diaria, pero él lo decía, lo usaba, y decía que era un gran seductor, que el secreto era tener paciencia y que si aguantabas con la misma chica hasta ultima hora posiblemente te la podrías llevar a la cama y ese era el nivel de la conversación de los profesores en aquella noche y el otro también se fijaba en las azafatas del avión y nos contó como conoció a su mujer que fue alumna suya en sus primeros años de profesor y yo escuchaba medio aterrado medio avergonzado aquella historia de incesto académico, pero yo era un idiota y, claro, no hablaba mucho, con razón la profesora me llamó la atención, pero claro, estas dos historias no tienen nada que ver y quizá el problema lo tenga yo, quizá no he hecho lo debido y no he sonreído a los popes de la academia y no les he dicho lo suficiente lo inteligentes que son, aunque posiblemente mi opinión, como me dijeron mis directores en la ultima reunión que tuvimos, les da igual, yo, ser irrelevante, hombre sin atributos, invisible, fracasado, no tengo nada que hacer, no puedo cambiar nada porque los mansos heredaran la tierra como esos que me encontré en la Fnac, comprando libros que yo ya había leído y sonriendo como si se alegraran de verme, los muy capullos, cuando en realidad hablaran de mi tan pronto nos despidamos, porque eso es lo que hacen, sí, la gente como ellos hace esas cosas, lo he comprobado, lo he visto, lo he sufrido y me dicen que la generación beat de Ginsberg y Kerouac (y Corso y Burroughs y todas aquellas mentes perdidas, Neal Cassady…) era de los 80, inmediatamente posterior a la puta generación X y pienso que aunque son decididamente ignorantes, el verdadero idiota he sido yo, que tengo el viento en contra y me he vuelto loco y triste y solitario y temeroso y silencioso y todas esas cosas contrarias a lo debido pero me da igual, me da igual, me da igual, no puedo mirar atrás y si Ines y Rachel y Laura y Dasha y Mariona y Merce y Gemma y Cristina y Hannah (poco) y Carina (poco) y todas las demás han conseguido infiltrarme una tristeza radical que me perseguirá hasta que me muera o hasta que me mate, Manuel, Josep, Victoria, Miguel, Ilsse, Jorge Y TODOS LOS DEMÁS me han contagiado un enfado nuclear, vital, que necesita salir, tantos años, tantas palabras silenciadas, las lagrimas, las derrotas, la desconexión, la deconstrucción de mi personalidad, de mi confianza, de mi capacidad…solo maldigo no acordarme de todos los nombres, de todas las frases que me dijeron y no miento, no, al decir que también hubo momentos buenos en los que, aunque no llegué a sentirme integrado, me hicieron sentir que avanzaba. Pero después vino todo lo demás, los comentarios, las habladurías, las ausencias, llegó el daño, el daño y eso lo supera todo. Ya he recogido mi mesa, no quedan libros, y lo único que quedará de mi después de que me marche será el relato que esas personas que quiero olvidar hagan de mi: soy casi consciente de que mi imagen no será precisamente positiva, pero me da igual. A estas alturas, todo empieza a parecerme indiferente, ajeno, esta vida no es la mía, pero la mentira no acaba, no acaba y se repite, volviéndose una verdad insoportable.

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