sábado, 28 de abril de 2012

I try to stay cool, I try to stay calm

Bueno, mi pequeña revolución ( como en el fondo pasa con todas en mayor o menor medida) fracasó estrepitosamente. Empecé bien, realmente bien el lunes, levantándome a las 6 de la mañana, haciendo ejercicio durante una hora y preparando un desayuno semi-inglés para después pasarme todo el dia trabajando a rabiar como un demonio. El viernes me desperté a las 8 y media. No es que sea ningún drama, pero lo digo para plasmar mi decadencia. En fin, cosas peores que ser perezoso hay en esta vida. Mi Isi-negativo sigue campando a sus anchas, creando conspiraciones en cada esquina, y, visto asi, es bastante simpático, como un pequeño duende irlandés que intenta darte la paliza de tu vida pero solo alcanza a hacerte cosquillas en los pies. Lo malo es que alguna de las patadas de este individuo llega a hacerme daño. Gracias a Dios, esta semana ha empezado con un nivel de estrés por las nubes: trabajo, trabajo y más trabajo. Joder, me encanta eso, aunque mi nivel de canas está creciendo a un nivel extremadamente rapido. Mamá, Pablo, Rachel y ( ayer mismo) Hannah, me dijeron "tienes una cana". Es fantástico: siempre me he sentido demasiado maduro para mi edad ( aunque esta expresion siempre me recuerda a una manzana que está a punto de caer, desesperada, de un arbol), asi que ahora ya tengo motivos para decir: ¿ves? deja a un hombre adulto quejarse en paz. Aunque no, no quiero quejarme, simplemente quiero cambiar las cosas. Bueno, digo simplemente, pero mi megalómano e irremediablemente insatisfecho yo interior quiere que sea un cambio complejo algo con confeti y trompetas y aplausos entre el publico enfervorecido. Yeah. Pero si pongo los pies en el suelo, el objetivo podría ser otro, igualmente complicado, pero quizá más a la mano ( por mucho que lea sobre él y por mucho que me parezca un tipo jodidamente estupendo, no puedo ser Napoleón): que la gente me eche de menos. Ofrecer la mejor version posible, para ser recordado por alguien. Esto es tan dificil como intentar escribir mi nombre en el agua, pero, coño, la vida son proyectos, y el fracaso potencial no debe servir de excusa para no intentarlos. Si encontara un saludable término medio sería genial, pero no hay manera, o soy un pupas o un cursi. Bueno, por lo menos me queda el consuelo de que conozco mis propios errores. ¿Más cosas? A ver, déjame pensar, tampoco me pasan demasiadas cosas emocionantes en mi vida...ah, por ejemplo, lo del recital: en fin, posiblemente no lo pueda hacer, aunque el otro día busque fotos de actrices clasicas rubias para preparar los carteles. Me divierte eso, preparar cosas pensando que pasaran ( aunque interiormente sepa que no dejan de ser eso, sueños). Y rubias. El otro dia quise examinar críticamente mi rubiafilia ( o rubiofilia, no se, ya buscaré alguna palabra en griego clasico y me inventaré una derivación, para darle un toque guay) buscando el origen de mi amor incondicional por todas ( o casi todas) ellas. Seguramente empezó con mi amor platónico universitario: Inés. Cuánto me gustaba, madre mia. A pesar de mi sonrojante metedura de pata dias antes de nuestra graduación, y que, lo sé, ya no es ( ni será) como antes ( quizá estoy idealizando en exceso ese "antes"), le sigo teniendo un cariño bastante especial, casi mitificado. Pero, si no recuerdo mal, cuando quería a Inés no lo hacia por su caracter de rubia de ojos azules, sino porque me gustaba, sin más. ¿Joanna? Posiblemente con ella empezó mi amor incondicional a las rubias: si conoces a Joanna, tienes que quererla: no hay alternativa. También rubia de ojos azules, la quiero un montón, pero a diferencia de otros amores de juventud, este es un amor sano, limpio. Joanna, fuiste, eres y serás genial. Pero aunque empezó alli, aún faltaba mucho para confirmarse. Me parece que la culpa, sí, la razón de mi rubiafilia es Phillip Marlowe. El detective de Chandler. Sí, él fue. Todas esas rubias fabulosas, femmes fatales, de cabellos rubios como el sol ojos azules, frias como el hielo y malas como el infierno ( he aqui una muestra de mi dominio de las metaforas: frio-hielo, rubio-sol, malo-infierno...eres la puta bomba). Sí. Esas rubias que seducian a los tipos duros. Desde entonces siempre he querido encotrarme con una de ese tipo. La mala noticia es que soy lo opuesto a lo que se entiende en todos los paises y en todas las epocas como un tipo duro: la voz se me aflauta y tiendo a sonreir estúpidamente. Luego me queda el consuelo de dar la respuesta que se merecen a todos esos malechores. Mi almohada está planteandose dejar mi habitacion. Así que después de todo, lo que pasa es que soy un Bogart frustrado ( lo que se suma a mi lista de ser un Bowie frustrado y un Fred Astaire frustrado. Estoy en tramite de ser un Feynman frustrado). Y todo esto me lo empecé a plantear ayer, cuando, esperando a Hannah en el mercado para ir a caminar por la playa ( el inicio de una tarde en la que vimos muchas cosas raras), vi, para mi asombro a una rubia fea. Adiós escala de valores. Adiós dignidad. En momentos así, me siento un maldito frivolo. Fuck.

lunes, 23 de abril de 2012

Road Movies y espejos rotos

Hora de volver a mis rubias y a Bowie: a todas aquellas obsesiones que, de una manera u otra me han estado acompañando todos estos años. La revolución que siempre queda pendiente, esa forma de decir: mañana lo haré, o esto puede esperar más. Demonios, me declaro la guerra. Se la declaro a esa parte de mi que piensa que ya está, que no puedes dar más de sí, que tiene miedo de hablar, que se esconde en sus propias oscuridades, las alimenta, cuidandolas con celo excepcional, pensando que un destino tragico es el mejor destino que se puede tener. Buscando justificación en el fracaso, queriendo pasar desapercibido, ser distinto como una excusa para no hacer nada. Bueno, pues, he decidido, sin que eso signifique que ahora me vaya a volver un imbecil-panfletario-buenista, que voy a acabar con esa parte de mi que me esta matando. Por primera vez voy a plantarme cara. Se acabó eso de decir: bueno, este caracter mio es así, sin razon me hundo, sin razon me levanto. Joder. Si voy a palmarla que por lo menos sea intentandolo. Hoy precisamente me he levantado de buen humor. Temprano. Con ganas de hacer cosas. Me he montado mi propia excusa para no decaer. La idea de sistema. Pienso que cada cosa que hago es un ladrillo en mi propio edificio. La construccion de mi propia existencia. No deja de ser una cosa bastante cursi, pero no siento que deba darle explicaciones a nadie, es más, me siento cómodo no dandolas. Queria meter el espiritu de la poesia en mi trabajo, pero creo que ha sido al reves, el trabajo ha entrado en mis ansias literarias. Ahora lo veo todo mas ordenado, todo tiene sentido. Que se queden ellos ( sean quienes sean) con la fama y los aplausos. A mi me encanta el silencio, me encanta saber que casi nadie sabe que existen estas lineas. Sí, lo reconozco, hace una temporada me autopublicitaba en facebook como diciendo: escuchadme, soy guay. Perder el tiempo: esa es una de las maneras mas evidentes. Siempre he intentado motivarme yo solo, pero me viene de perlas escuchar mis propias palabras con otra voz: trabajo, trabajo, trabajo. Siento ( y no sera flor de un dia) que he vuelto. Estos meses atras han sido como un "rookie wall". ¿Habre dado todo lo que tenia que dar? ¿Es este mi limite? ¿Porque no me muero de una maldita vez? En fin, cosas como esas y como otras, el caso era pensar y pensar, no fuera a ser que me volviera alguien normal. No, no es que ahora acepte ser normal. Me seria muy dificl acostumbrarme a eso, simplemente voy a usar la normalidad. No imaginarias las cosas que soy capaz de hacer, precisamente yo, a quien nunca imaginarias capaz de nada, ese tipo soso, aburrido, que parece incapaz de romper un plato. No soy tonto. Pasar desapercibido es genial, mientras se hagan cosas por detras. He tardado bastantes años en comprender que lo uno y lo otro no son lo mismo. Espero construir un espacio acogedor aqui, en mi pequeña rebelion. Intentar el milagro cada dia. Darme cuenta de lo que pasa. Escribir, vivir, pero hacerlo conscientemente. Enfadarme ¿por qué no? Y quejarme, sobretodo eso, quejarme, revolverme en mi cama pensando que podria hacerlo mejor, o que podria hacer mas. Si, eso es. Pasito a pasito eso si, no vaya a ser que se me indigeste la ambicion. Pero hoy no puedo contenerme las ganas. Es como si volviera a ser el chaval que antes de empezar la carrera se queria comer el mundo: tantas cosas por hacer, tantas cosas por demostrar. Tanto que afirmar. Todo este tiempo no he visto justo lo que tenia delante. Donde tengas la mano, estará debajo. Algo asi. Algo así. Este post me ha quedado un tanto diferente de los anteriores, no tan doloroso, y quiza no tan bueno ( estilisticamente hablando), pero que coño, ya los hare mejores. No será por talento ni por ganas. Hablo como un gilipollas engreido. Creo que es cosa del bigote.

jueves, 19 de abril de 2012

Los retornos

Nunca debí haberme alejado tanto de mi mismo, pero tenía ganas de saber qué se sentía siendo "normal". Bueno, ya lo sé y también sé que me es imposible seguir un hilo argumental cuando escribo: estos dias vuelve el odio hacia un montón de personas. En comparación con mi estado actual, todas mis lagrimas pasadas parecen solo un entrenamiento. Dramatico. Dramatico de mierda, Edipo sin gracia, callejón sin salida. Mi entretenimiento favorito es tirar piedras sobre mi propio tejado: eso lo hago como nadie. En fin, nunca me ha gustado estar solo, pero sé como sobrevivir, como sublimar toda esa frustración. Me noto dominado por una obsesión: a nadie le gusto, a nadie parezco satisfacer, mi inteligencia disminuye dia a dia y estoy fuera de forma. Lo gracioso es que no estoy dominado por esa locura: sé que no me baso en nada cierto, que exagero, que las cosas no están tan mal. Sin embargo, a pesar de eso: joder, no puedo evitarlo. Y cada dia una gotita más cae en mi cabeza, imperceptible, invisible: ni lo noto ni me lo notarías jamás, pero ahi está, erosionando, castigandome en silencio. Intento rehacer el camino, o mejor dicho, ir marcha atras, volver al pasado, pero, ni siquiera sé a quién buscar. Estoy cansado ( eso sigue inalterable) de ser el buen-chico-con-quien-puedes-contar. Verdaderamente harto. Lo que pasa es que no tengo herramientas para cambiar eso: llamalo herramientas, llamalo estado de ánimo decadente. Mis temores empiezan a hacerse realidad: cuando me miro al espejo por las mañanas, solo veo a una persona mediocre, a una persona que se borrará en el tiempo como todas las demás, con su pequeña historia que a nadie le importa...tan diferente a todos esos sueños de grandeza que tenía hace no tanto tiempo. Mi cuerpo desnudo, flacido, lejos de cualquier atractivo me grita: no hay nada más. La locura no tiene nada de romantico, ni de bonito, ni de creativo. La locura es una mierda. Es una mierda obsesionarse con la idea de que moriré joven, es una mierda vivir pensando que los demás ( los demás, los demás) me odian, es una mierda pensar que no encontraré a mi rubia ideal, es una mierda despertarse por las mañanas triste, sin ningún motivo. Es una mierda despertarse por las mañanas triste, teniendo motivos. Cuando funcionas mal. Pasar de a pensarlo todo, hacerlo todo racional. Amplias posibilidades, ventanas abiertas de par en par, es horrible. La alternativa es rebelarme: pero de verdad, caer en un gran gesto egocentrico mientras dejo algo genial para las generaciones posteriores. No se si es normal pensar tanto sobre la muerte a mi edad. No tengo ninguna certeza sobre ningun tema. Qué divertido. Antes del dia 16 de mayo me he prometido hacer un recital: En soledad. Frente a mis propios miedos, luchando ( y perdiendo) contra mis fantasmas interiores. Haciendome cargo de otro proyecto imposible. Y es que hay cosas que, a pesar de todo, nunca cambian.