lunes, 28 de febrero de 2011

Who will love Aladdin Sane?

Ser monotemático puede ser bueno o malo. Hoy pienso que es terriblemente malo. Es horrible preocuparse siempre por lo mismo, como si no hubiera solucion posible, o como si fuera incapaz de encontrarla. En dias como, por ejemplo ayer, el problema del mundo es un problema de mi actitud: si las cosas van mal, es por mi culpa, si, exclusivamente por mi falta de actividad. Me gusta fustigarme, lo reconozco. Mi insulto favorito, aquel que me repito cuando estoy en mis horas bajas es el de "miserable". Cuanto mas lo digo, peor me siento, y a la vez, mas reconfortado, pues pienso que me estoy dando el castigo que merezco, no por haber hecho algo malo, sino por no hacer nada bueno. Hoy he pospuesto la enesima revolucion, esa que se llama "hoy si, hoy vas a levantarte temprano y ver el amanecer. Hoy vas a ser una nueva persona que no dependa de nadie, de las llamadas y de la dependencia emocional". No ha pasado nada: un lunes cualquiera, que se perderá en mi memoria cuando menos me lo espere. Toda esa espiritualidad reencontrada: nada de eso vale. Y no es que nada tenga sentido, porque quizá eso signifique que puedo estar tranquilo porque el mundo que me rodea es extraño y agresivo y la anomalia no esta en mi, sino en el propio sistema, en esta realidad que vivo. Pero no es asi. Lo que verdaderamente pasa es que las cosas estan perdiendo el sentido, se estan desintegrando a cada dia: lo veo y me doy cuenta. Me percato de que el fallo está en mi, que hay barreras que soy incapaz de cruzar, y que la soledad siempre vuelve, siempre, o eso es lo que quiere que piense, que puedo alejarme de ella, pero no, no es asi, la soledad no vuelve jamas, porque nunca se va, está ahi, justo ahi conmigo ¿no la ves? es como mi sombra, y si me miras un ratito a los ojos la veras enseguida. Eso me consolaria sobremanera: el tener a alguien que realmente me mirara, pero que me dijera: pues no veo nada, isi. Significaria que ha vuelto a hundirse dentro de mi por una temporada. En fin, basta de fantasias, ahora está aqui, en la superficie, y tengo que tratar con ella. Por lo menos es una soledad artistica, me da por escribir en estos periodos, aunque nunca lo que quiero: siempre que pienso una buena frase no tengo un boligrafo a mano. Me noto hundir como el Pequod, poco a poco, de manera que pueda verse como el mar se traga el barco, los marineros, la mano de Tashtego ( creo que era el el ultimo)la bandera y la gaviota, que enredada en la tela, tambien perece. De todas maneras, he de reconocer que mi personaje favorito es el capitan Ahab. Durante todo el libro te lo presentan como un loco sin corazon, un cabronazo tiranico que esta conduciendo a la tripulacion al desastre, pero al final, solo al final descubres, que es un ser humano excepcional, que se ha empeñado en luchar contra los dioses, para dejar testimonio, no de una victoria que tiene por imposible, sino de su lucha contra la vida, contra esa puta histeria que se contiene a lo largo de los dias, en esas cosas cotidianas que se nos escapan y que acaban con nosotros en silencio, por la espalda, en ese devenir de los acontecimientos que parece dejarlo todo para mañana, como si siempre hubiera tiempo para corregir los errores, pero la verdad es que no, no lo hay y llega un momento en el que tienes que decir basta. Ahab se enfrento con su miedo y su odio poniendo la vida como aval. Y perdió. Pero por lo menos lo intentó. Yo no se que hacer. Tengo miedo y tengo odio. Tambien, llegado el momento, pondria mi vida como aval. Y posiblemente, como él, perderia. Lo que desconozco es el motivo que me impide iniciar el proceso. Quizá, a diferencia de Ahab, aun espero el milagro, el acontecimiento que me haga resucitar de no se sabe que tipo de muerte. Bueno, si, de aquella que se esconde en el movil sin llamadas, en la esclavitud de la espera de algun mensaje, como un naufrago o algo por el estilo, esa muerte que esta viva, en cada esquina, en cada palabra no dicha y en esas cosas que siempre quedan pendientes cuando me despido de alguien. Siempre pensando que el verbo es un milagro, pensando que porque hablas conmigo o porque no lo haces. Fregar platos es tambien una forma de llorar, aunque mas intima, porque solo tu sabes que estas roto por dentro, como si al limpiar la encimera pudieras limpiarte un poco por dentro, como si al quitar la grasa de los fuegos quitaras la grasa que viaja por tu cerebro haciendo y deshaciendo tramas absurdas, repasando tus palabras y tus silencios: ¿que querias decir con aquello? ¿porque no me llamaste al dia siguiente? estaba esperando tu jodida llamada, y cosas por el estilo. En dias asi, siento una urgente necesidad espiritual: vuelvo a la Biblia y pienso que mi obligacion es ser mejor persona. Quiza sufro tanto porque estoy vacio por dentro, o dicho de otra manera porque estoy lleno de obsesiones: gemma en el colegio, merce en el instituto, veronica en el ultimo año de bachillerato, ines en la universidad....es todo una jodida locura. No puedo vivir asi. Tengo que rezar. No, no voy a hacerlo. Voy a esctibirlo todo. Eso es imposible.

Y así, con frases entrecortadas, se estructura mi mente. Siempre por comenzar, siempre por concluir.

lunes, 21 de febrero de 2011

Eso pasó cuando jugabas con cristales

Me siento nuevamente incapaz. Incapaz de cualquier cosa, de lo mas básico, como en mis mejores épocas pseudoautistas. No, ya se que no me pasa nada, pero me gusta pensar que sí, que no soy así en realidad y tengo solucion, que alguien puede ayudarme, o por lo menos ofrecerse a hacerlo, porque lo mas normal en estos casos es que no le haga caso. Como en la revista de la universidad a la que mandé unos poemas. No he vuelto a relacionarme con ellos, sin saber realmente porqué. Es el panico, esa conducta huidiza que me acompaña desde aquella vez que me escapé de la piscina en la que nos iban a enseñar a nadar. Aun a dia de hoy, el unico estilo en el que puedo confiar para no ahogarme en caso de naufragio es el de las ranas, y aun ese no me ofrece unas minimas garantias. Podria haber cultivado un torso apolineo como el de la mayoria de nadadores, o quizá, si hubiera ido a un colegio especial a lo mejor era un asqueroso joven prodigio. El caso es que nada de eso ha pasado. Y en dias como hoy me siento especialmente perdido, como si tuviese muchas cosas pendientes, con un sentimiento de culpa extrañamente disperso. No se, no se. Las dos semanas anteriores era capaz de imaginarme lejos de este torrente de emociones incontroladas, era capaz de ver mi vida proyectada en una felicidad típica: mujer, trabajo, hijos y unos cuantos amigos con los que hablar de vez en cuando. Ahora, en cambio, me vuelven los pianos acelerados, los recuerdos que son como cuchillos y todos esas despedidas que me matan un poco cada dia. No resulto muy interesante, lo sé. Hay mil cosas que hacer, mil personas que conocer y mil topicos mas antes de sentir la necesidad de leer las penas de una persona como yo. En fin, cuando estoy en casa, con el pijama puesto y el pelo sucio, porque es domingo y eso me sirve de excusa, terminandome algun libro pienso que esta en mi mano el cambio: siempre pienso en cambiar, pero ahi terminan mis energias. Otras veces, como ahora, lunes, pelo limpio y mis converse pintadas a cuadros, viendo a una rubia guapa en el ordenador de enfrente que acaba de irse ( como todas las rubias guapas que he visto en mi vida) pienso en lo aburrido que sería tener control sobre las cosas,quitandoles toda esa emocion que las rodea. Sí, lo reconozco, aun hay canciones que no escucho porque la primera vez que lo hice lloré, y no quiero que a fuerza de escucharlas me acostumbre a ellas. No se ni lo que digo, tampoco se si deberia importarme eso. Solo se que desde aquel mensaje que recibí la semana pasada, he empezado a encontrarme peor. Y las cosas no se arreglaron el viernes, aunque lo pasé genial yendo por primera vez en mi vida al castillo de Santa Barbara ( es sorprendente que no hubiera ido antes, aunque no mas que otras cosas que aun no he hecho) ni el sabado, que no hice nada, ni el domingo, ni tienen pinta de que vayan a reflotar esta semana. Es lo que me pasa, que no se acabar las historias, que siempre me quedo con cosas que decir, a sabiendas de que esas palabras se me morirán dentro. Nunca le he dicho a nadie: te quiero. Tampoco me lo han dicho nunca a mi. Pero se que aguantaré. Por lo menos unos años, por lo menos hasta que otra preocupacion ocupe mi mente insatisfecha. Mientras tanto seguiré intentando escribir poesias sobre autobuses, buscando el anonimato. Solo quiero a alguien incondicional, que esté ahi siempre, pero nunca aparece, nunca, y yo parezco un niño de chupete cuando siento necesidad de estas cosas tan banales. No soy libre, vuelvo a pensarlo, nunca escaparé de estas manias ni de esta forma tan asquerosa de ver la vida, porque me resisto a pensar que no va a pasar nada: espero el milagro, la casualidad, la mirada y la sonrisa. Sí, aun creo en ese "te he esperado tanto tiempo" y en esos "te necesito" que solo he escuchado en sueños. Me sentí como una mierda al enterarme que habias leido lo que dije, porque nunca en mi vida he sido escuchado por alguien, o leido o nadie me ha prestado atencion o por lo menos eso es lo que he pensado siempre. Y no se trata de no saber olvidar, porque eso ya es cosa del pasado, se trata de que lo que viene a partir de ahora no lo sabrás jamás, porque nunca será verbalizado aunque quisiera: esos fantasmas sin nombre que me persiguen, con una frecuencia inusitada desde hace 4 años, esa manera de buscar en cada rincon, en la acera mientras camino o en mi reflejo cansado mientras voy en el autobus camino de casa aunque en ocasiones parece que viajo camino de ninguna parte. Esto se acaba aqui. Se acaba porque no puedo asegurarte que podré seguir. Solo afirmo, sin fe en mis capacidades, que esto no tiene ninguna gracia.

Ninguna.

No me acuerdo ni de la mitad de lo que he escrito, ni si diez o quince minutos despues de estar escribiendolo estoy de acuerdo con ello o si realmente refleja mi estado de animo actual, pero, sin embargo, me niego a cambiar ni una sola coma. No. Ahí se queda, como un perfecto reflejo de la turbulencia de mi mente, como un relato fidedigno de mi falta de equilibrio y de mis peleas con la realidad.

lunes, 14 de febrero de 2011

Jarabe de palo

Tenía que llegar. Sí, no estoy solo en el mundo, aunque a veces piense lo contario. Supongo que me lo merezco, por mezquino e imbecil. Sí, muy imbecil, fantaseando sobre la gente que me rodea como si fueran marionetas sin vida, y criticandolas mas bien como fruto de mi propia miseria interior que como intento de reflejar la realidad. Dudo entre hacer referencia o no a lo que me ha pasado. Si lo hago posiblemente empeorarian las cosas, pero si no, me convertiria en alguien sumiso que acepta ser silenciado. Bueno, dicho asi, parece que soy la version cutre de Julian Assange. No. No es así. Solo soy un tipo mas bien cutre que lucha por su equilibrio mental. Solo intentaba limpiar mi mente, superar etapas. Que sí, que quizá me sobraron calificativos, pues tienes toda la razón del mundo, pero era un peso que necesitaba quitarme de encima. Obviamente no soy la unica persona que sufre en el mundo, lo sé, pero, joder, esto no lo hago para que sea leido. O puede que sí, o puede que solo por personas que no conozco o vete tu a saber. Durante años, muchos años ni siquiera me he atrevido a levantar la voz, porque no la tenía. Solo ahora, tras mucho reflexionar y darle vueltas a las cosas estoy logrando ordenar mi cabeza. Dios, estoy escribiendo y no me reconozco. Ok, de acuerdo, tu ganas: la he cagado de arriba a abajo al pensar que eras como te pinté, en ese cuadro desafortunado creado una mañana o una tarde de aburrimiento. Posiblemente si lo hubiera pensado dos veces no lo habria escrito. La unica regla que sigo cuando publico algo es improvisar: unas veces me sale mal y otras peor, pero no conozco otro metodo mas fiable. Lo mas guay de todo es que esto pasa precisamente en la semana de la graduación. Murphy tenia razón. Y sus leyes también.

Normalmente no suelo poner canciones relacionadas con lo que escribo, pero me parece que la situacion se lo merece: A mi salud.

miércoles, 9 de febrero de 2011

All the young dudes

Es el titulo de una de mis canciones de Bowie favoritas, aunque ahora esté escuchando la nada despreciable versión de Mott the hopple, gracias a la peli de Juno, que tampoco fue nada del otro mundo, aunque Ellen Page es la repera ( el papel de madrastra se merece mencion aparte por lo guay que me resultó). Tambien es el no-titulo de la ultima poesia que escribí, hace un par de dias, justo antes de ir al psicologo y justo despues de haber quedado por segunda vez contigo. Es una buena época, lo que explica que escriba tan poco ultimamente, tanto por aqui como por mi libretita roja ( tengo que comprar otra. La llamare "delta"), pero eso no significa necesariamente que haya dejado de pensar. No, ni mucho menos. Me siguen molestando cada vez mas cosas y mas personas, pero afortunadamente siento paz en mi interior. Mejor eso que no cambiar de estado de animo cada dos por tres y, en fin, todos esos temblores y esas historias. Volverán, lo sé. Porque como dice Jacques Brel al final de una canción, de esa gente uno nunca se marcha. Se que aun vive, pero de momento me está dejando tranquilo.

La semana que viene tengo uno de esos eventos que todo y que me hace ilusión, tampoco puedo decir que haga que me vuelva loco de alegria: mi graduación. Un buen momento para poner a prueba mis progresos, para comprobar como me muevo en estas situaciones tan incomodas para mi, con tanta gente y tantos extraños. En extraños incluyo a mis antiguos compañeros de clase. Ahora y solo ahora me doy cuenta de que no significan mucho mas que una cara conocida en mi vida. Especialmente llamativo es el caso de Inés. No te puedes ni imaginar la verguenza que me da reconocer que me gustó hasta cuarto curso. No es su culpa, ni mucho menos. Seguramente no soy su tipo (aunque ultimamente me siento capaz de mejorar cualquier oferta) y me he dado cuenta de que ella tampoco es el mio. No. Me di cuenta cuando solo contactaba conmigo por el interes de saber si iba a ir alguien a la cena (¿ojitos azules quiza? no lo sé...) o a la fiesta de graduación. Nada de "como te va" o similares. Puede que lo haga por no darme esperanzas o puede que lo haga porque es un poco sosa o puede que sea por las dos cosas. O por ninguna. A decir verdad, he cerrado satisfactoriamente el capitulo Inés de mi vida, entendiendo "satisfactoriamente" por no sufrir o amargarme sin motivos. Si va, bien, no le negaré el saludo ni mucho menos, como tampoco se lo negaria Richard Burton a Liz Taylor cuando estaban separados ( o casados o separados-casados o no sé, puede que ellos sean un mal ejemplo para lo que queria decir, pero creo que me entiendes).

También estoy sintiendome mas artistico y menos artista. Y me gusta. Aborrezco cada vez mas a la gente cool del planeta, como si hubiese que reverenciar cada ocurrencia suya o saludar con impetu carcelario cualquier frase o foto profunda. Puede que tambien me muera de la envidia y no sepa o quiera reconocerlo. Puede ser. Pero me parece que no. No. Me molan mas los comics de Crumb que Marilyn ( y eso que siempre me ha gustado un montón...). Sigo con ganas de hacer una variacion del famoso monologo de Hamlet, de aprender a tocar la guitarra y de hacer fotos. Lo de la poesia también sigue ahi, aprendiendo a ser mas sincero, mas naturalista o mas fantastico, segun lo requiera la situación. Lo de la sinceridad es algo que mas que opcional es necesario: si no soy sincero no me siento comodo, aunque este escribiendo de serpientes que salen de entre los escombros de piramides que están al reves o de cerdos policias que susurran en la calle a los negritos que corren o yo que sé. Quizá el naturalismo se refiera a lo comodo que me siento sabiendo que puedo escribir sin ir ni de maldito ni de vecino por la vida. Jodidos estereotipos. Y es cuando pienso que no necesito a casi nadie cuando mas comodo y feliz me siento contigo. A tu lado me sobra todo: la musica, las preocupaciones, la luz y la poesia. Hablar contigo es como volver a casa, a esa casa que siempre soñaba pero que se perdia por la mañana. Es como si despues de tanto tiempo esperandote por fin hubieras llegado, casi como una casualidad, de imprevisto, como algo natural, tranquilo, sin estridencias, y casi, casi, sin tiempo.

Las dos mejores tardes de mis ultimos años han sido las que he pasado contigo. Y si esto es arriesgarse demasiado me da exactamente igual: ya conozco mis reacciones en momentos de dificultad y angustia. Sabré superarlo. Pero ahora quiero aprender a reir, a disfrutar de la vida que se esconde en esos lugares pequeños y en ardientes tazas de té de Tokio.

Solo se me ocurre una canción que pueda explicar tu llegada a mi vida. Podeis llamarme cursi si quereis, que por uno me entra y por otro me sale...