domingo, 3 de junio de 2012

Nostalgia / Ultra

Hoy estoy de buen humor. La verdad, después de haber empezado el lunes con mal pie, la semana fue mejorando hasta encontrar lo más parecido a la felicidad de lo que soy capaz. Ayer me sentí genial, no sé si por la inyección consumista de la semana o que. Fui a mi Fnac, mi segunda casa ( bueno, la segunda es la Universidad, aunque tampoco tengo claros los criterios a la hora de definir que entiendo por "segunda casa") y compré un par de libros, El mar, el mar, de Iris Murdoch y Bajo el Volcán de Malcolm Lowry, un par de discos, 1984 de Van Halen y Truth de Jeff Beck y la primera temporada de Hijos de la Anarquia. ( Me siento terriblemente mal diciendo qué he comprado, me parece un detalle pedante, pero por otra parte, me apetece dar muestras de normalidad. Cuando dejo de comportarme como un genio atormentado, sólo soy un chaval de 25 años que adora las camisas de cuadros - no sé muy bien que aporta esto a la descripcion, pero me apetecia decirlo.) Siempre me queda la sensación de que podría haber hecho algo más, haber leido más o haber escrito algún poema ( al final anulé la reserva de la sala el día de antes) pero, en el fondo, este fin de semana no ha estado mal. He hecho mi primera chapuza en casa ( arreglar con yeso una grieta en el techo del porche del jardín) y en general he estado tranquilo, pensando en que la próxima semana será mejor que esta. Después del atracón zen que sufrí hace unos días, he conseguido destilar alguna lección duradera: las pequeñas cosas son las que importan. El viernes por la mañana, hablé contigo, es cierto que un par de lineas sin importancia, pero me sentí feliz, muy feliz. Tus aficiones me parecen muy bonitas, y en general la impresión que tengo de ti no puede ser mejor. Soy consciente de que estoy idealizando otra vez, pero me apetece un montón ir conociendo poco a poco más tus cosas. No aspiro a grandes metas, ser amigos estaría bastante bien ( bueno, esta es la meta más grande de todas: conseguir ser buenos amigos). La verdad es que a cada dia que pasa, voy desechando los grandes planes, especialmente en la parcelita personal. Quiero tener mi pequeño circulo de amistades con los que ir a tomar un café ( un té), reír y ayudarnos cuando nos necesitemos. Supongo que es una idea un tanto naíf, pero, no siento que tenga que rendir cuentas ante nadie, así que...viva lo naif joder. He hecho grandes progresos en eso que llaman "conocerse a sí mismo": me volvería adicto a cualquier producto. A lo que sea. Legal o ilegal. Ahora me ha dado por tomar Red Bull o sucedaneos ( principalmente Burn) y no sé si me gustan o si me hacen efecto, creo que es más placebo que otra cosa - pienso cuando tiro la lata vacia a la basura-. Filosofito enganchado a las bebidas energeticas, la musica y las idealizaciones. Leyendo en los descansos de Teoría de Fuentes del Derecho la biografía de Motley Crue. El viernes se me ocurrió como definir esta tendencia mia: En mi afán por no querer ser previsible, estoy perdiendo coherencia. Y es que aunque me gustan cada vez mas los pequeños detalles...hay tantas cosas que ver, que sentir, que ser...quiero ser el quarterback y el capitán del equipo de ajedrez, el rockero decadente y el espiritual elevado. Quiero serlo todo: por lo tanto, no soy nada de eso, sino simplemente lo que decia, un chico sencillo que no puede evitar soñar. Pero no me gusta soñar solo, siempre tiendo a poner a alguien conmigo, en mis idealizaciones, como si asi las pudiera compartir, como si la felicidad que siento cuando recuerdo por la mañana algun sueño especialmente evocador pudiera enviarselo a alguien por correo. Ojalá pudiera hacer eso. Pero no, no hay manera: por lo menos de momento. Esas pequeñas conversaciones se convierten en lugares felices a los que volver cuando me sienta solo en algun momento: sé que las sombras siguen ahi, es como, por poner un ejemplo que se me acaba de ocurrir, estuviese corriendo en una campiña gigantesca perseguido por un temporal horrible, con rayos, truenos y mucha lluvia. Si me caigo o si dejo de correr, la nube llega y me empapa hasta los huesos, tirito y me siento helado: nada me puede salvar de esa sensacion, pero como si de una dinamo se tratara, vuelvo a correr de nuevo, manteniendo a la nube a una distancia llevadera ( más o menos). Este verano quiero hacer algo duradero, aprender algo, pienso en un instrumento musical, en algo que me acompañe cuando me note un tanto raro. Quizá la guitarra. O puede que me compre un libro de recetas y me ponga a aprender mil platos diferentes. En fin, que me encuentro bien, no se por cuanto tiempo, pero, ahora, eso no es lo importante.