viernes, 4 de mayo de 2012

Wagneriana

Hoy ha sido un dia especialmente malo. Detras de la puerta escuchaba las voces de las personas que caminaban por el pasillo: reían, hablaban afablemente, se preguntaban que tal les iba todo. Mientras ellos hacian eso, yo temblaba, un temblor no espasmodico ni automático, sino provocado por mi mismo, por mi miedo a no se bien qué. Bueno sí que lo sé. La gente. La maldita gente. Maldito yo. Ni siquiera me sale la voz suficiente para decir un simple "hola". Debo parecer un imbécil. Hace tiempo, durante muchos años, pensaba que lo unico que necesitaba para curarme de esto que me pasa era una novia, una chica que me dijera "te quiero" y cosas así, pero me doy cuenta de que las cosas no me resultan tan faciles. Estoy absolutamente convencido ( nota del traductor: los estados "absolutos" del autor equivalen a "hoy") de que jamás amaré a nadie. Quizá sea falta de compromiso con todo lo que digo, las palabras pasan por mi mente sin dejar poso: nada de lo que digo es mio y eso me conduce a mi situacion actual, es decir, no tengo ni idea de como demonios soy, aunque, desgraciadamente empiezo a tener algunos indicios. De aquellas primeras conversaciones con Laura a mis actuales ratos con Rachel, pues sí, ha habido un cambio, pero sigo sin poder tener el control sobre mi mismo. Es algo bastante dificil de explicar ( aunque tampoco hago grandes esfuerzos) y sobretodo, bastante desagradable. Es como si no me pudiera quitar de encima el peso de mis derrotas ni mis frustraciones anteriores. Tampoco quiero recuperar ningun tiempo pasado, es más, ahora mismo me vuelven a entrar ganas de borrar a la mayoria de mis contactos en Facebook y perderme en algun libro ( aunque leo menos de lo que me gustaria, creo). Estoy encadenado a una tendencia autodestructiva. No, no puedo escapar, Es una fuerza bastante creativa, me mantiene en movimiento, pero no me sale gratis, es por eso que mi pequeña obsesion se empeña en recordarme de vez en cuando que no viviré muchos años. Me resulta incomodo escribir eso, e incluso, porque no decirlo, verguenza. Pero está ahi y quizá hablarlo me sirva de ayuda. Me tengo un miedo terrible, esta manera de caer es insufrible. Hoy, Neil me decia: El demonio está en los detalles. Así es. Es en las cosas pequeñas, aquellas que parecen no tener importancia las que se muestran como las más horribles. Una simple llamada no contestada, cualquier mensaje de cualquer persona, todos esos indicios, y especialmente esas frases que repaso una y otra vez, buscando el error, encontrandolo e intentando imaginar otro final, uno feliz, como los de las peliculas. El estereotipo se rompe. De tanto hablar de rubias les estoy cogiendo mania. Además, analizandolo friamente ( volviendo al final de las historias), no tengo motivos para adorarlas tanto. Me siento un desequilibrado hablando siempre de las mismas personas, en una especie de sufrimiento circular. Gema, Merce ( ella no era rubia), Inés, Adriana, Joanna y aquella americana de la discoteca, Shannon o Sharon, ya no me acuerdo bien de su nombre. Todas falsas esperanzas. Estupido, imbecil, gilipollas. No me dieron tantos motivos para quererlas tanto, y de hecho ya no las quiero, pero su espectro me persigue, esa frustracion juvenil, ese ver como todos iban a los cumpleaños y salian y ligaban y eran los reyes. No, no lo eran, y haberlos visto en la miseria, saber que me va infinitamente mejor no es suficiente y es entonces cuando me empeño en volver atras, porque no fui más simpático con Fatima? No le hacia ni caso y ahora la busco sin exito por Facebook: no tiene sentido. Es ridiculo. Que edípico me siento en estos momentos, como si cada paso que diera me condujera irremediablemente al desastre, al fracaso. No puedo evitarlo. Bueno, eso es lo que me dice mi obsesion, que no puedo, que estoy predestinado a morir joven, en el olvido, en la peor de las situaciones imaginables, apartado de todo aquella persona que alguna vez me quiso, totalmente ciego por mis caprichos, por mis cambios de humor, por todo eso que transita de una manera infinita por mis dedos, como un trueño, un relampago. El lunes intentaré, muy posiblemente, rebelarme de nuevo contra esta mierda: madrugar, hacer ejercicio, mirar mi vida desde un prisma mejor...para llegar al fin de semana como hoy, hecho una mierda. Siempre hay algo que funciona mal en mi. Una frustracion hambrienta, que avanza por mis entrañas, extendiendose por todas las pequeñas parcelas de mi vida, nada me contenta, nada me parece suficiente. Deseabas tener una chica que te quisiera, y la tienes, joder, la tienes ¿ es que no lo ves imbecil?. Soy incapaz. Ya empiezo a mitificarla, cuando aun puedo verla. Es asqueroso no saber corresponder al amor. Porque te recuerdo tanto? les digo a todos mis amores frustrados, porque demonios lo hago? Y los tics que estaban alejados, que eran mios intimamente, surgen ahora en todas partes: en mi mesa, en la calle, cuando explico a Hart o cuando busco algun disco en la Fnac. Cuidado con lo que deseas, dice una vocecilla en mi interior, puede cumplirse. No se la razon de mis caprichos, parecen dirigidos unicamente a hacermelo pasar mal, no es un capricho que puede crecer para convertirse en algo bonito ( me sigue resultando muy rara la expresion "bonito"), sino que simplemente creo una imagen que no puedo alcanzar, lo hago a sabiendas. Mi peor enemigo, mi reflejo. Empiezo a notar que hablo de lo mismo ( quiero decir, en este post, ya se que siempre hablo de las mismas cosas) así que lo mejor, a falta de nuevas ideas que puedan llegar ( cosa dificil), lo mejor es que lo deje aqui. Justo aqui, como si en una vida, en un sufrimiento, se pudieran encontrar referencias fijas. Ruinas.

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