viernes, 17 de agosto de 2018

32

La soledad golpea siempre más fuerte por la noche. Durante el día, sólo pienso en alejarme más y más de todo el mundo. No quiero hablar con nadie, no quiero que nadie se dirija a mi y ojalá, deseo, pudiera ser invisible.

Por la noche es distinto.

El silencio llega. Y entonces quiero hablar pero nadie me habla y entonces quiero ser visto pero soy invisible.

No sé cómo he llegado hasta aquí.

Tengo miedo. 

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