martes, 2 de noviembre de 2010

Vete despacio, vuelve deprisa

Bien, el titulo es por un libro que vi, la biografia de David Niven, pero eso no viene al caso en este post, es mas, ni siquiera se porque he hecho tal mencion. En fin, a lo que iba: dia de contrastes, de diluvios y de recuerdos recuperados. Sin saber porque, me entro una especie de morriña por mis viejos tiempos, aquellos en los que era un docil adolescente sin mas problemas que los de traducir algun texto de latin o de escribirle alguna poesia a Merce, Veronica o alguna otra. Empece a revolver mi ya desordenado armario buscando mi vieja nintendo. Me apetecia sentirme como me sentia entonces, con una nostalgia mas o menos controlada, con aquellas infulas de gran escritor que queria ganar el premio Nobel de literatura, esas historias dedicadas a mi Violeta. La encontre y me sorprendio el hecho de que aun sabia jugar: Me eche unas carreras al Ridge Racer, unos tiros al Perfect Dark y jugue un uno contra uno con Michael Jordan. Aun guardo esa ingente cantidad de revistas sobre la NBA, todos aquellos posters de Webber, Reggie Miller o Scottie. Era inocente y mas feliz que ahora. Aunque puede que este idealizando aquellos años...si, seguramente lo este haciendo. No habia ataques de ansiedad por aquel entonces, ni angustias, ni siquera sabia que iba a estudiar Derecho. Guarde de nuevo la nintendo y volvi, a la McFly, a este asqueroso 2010, a estas dudas, a esa Ceremonia que tengo que continuar, a Laura, a Shannon, a todas esas cosas que parecen escapar de mi control, aunque en el fondo no sean tan dificiles. Hoy, precisamente hoy, estoy enclaustrado en un dilema hegeliano: aun recuerdo lo que me dijo Elena, mi profesora de filosofia en el ultimo año de carrera: " no hay que pensar que la vida es un asunto de todo o nada". Aun sabiendo que tiene mucha razon ( o bueno, que la tiene a secas) no puedo escapar de esa manera de pensar: me viene a la cabeza la idea de la obsesion, de la revolucion, de marcar mi nombre a fuego en las paredes de la cultura, las lecturas biblicas a las que siempre regreso en periodos asi...la verdad estoy un poco confundido. Y si, sigo pensando en Noelia, pero ya no la veo, ni por la mañana ni por la tarde. Son pensamientos esteriles que me mantienen eternamente triste, preocupado. Pero no puedo deshacerme de ellos, o no quiero. La diferencia me es indiferente. El caso es que solo me siento pleno cuando noto que me falta algo. Por cierto, mañana tengo cita con el medico para que me de un volante para el psicologo. Sobre candados y llaves hay mucho escrito. Quiza demasiado.

Que me guste el silencio no significa que me sea agradable

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