martes, 9 de agosto de 2016

J (diez)

Madrid - Budapest.
Un epílogo dulce.
Te agradezco que el final
No haya sido cruel.

Aunque,
En esa última hora
Me sentí un ser impotente,
Incapaz de asumir
Lo que estaba pasando.

Es insufrible
Caer en los mismos lugares
Comunes,
Tú te merecías algo
Mejor por mi parte.

Gracias por lo inesperado,
Por perderte y reaparecer
En tantas ocasiones
Y de tantas maneras
Distintas.

Le has puesto los contornos
A muchos sentimientos
Indefinidos.

Me has obligado
A mirar a mis demonios
Cara a cara.
El pánico no eras tú
Sino mis inseguridades
Y,
Entre tú y yo,
He terminado el camino
Con los pies quemados.

Querrás a otra gente
Conocerás a otros hombres
Yo trataré de conocer a otras mujeres
Y nuestra vida transcurrirá
Por los cauces naturales.

Espero que sigas viajando:
Mucho me temo
Que seguiré preguntándome
Si hice algo mal.

Pero no lo hice.
Simplemente no era nuestro momento.

Te agradezco que
No me hayas hecho daño.
Sólo estoy triste
Por no haber tenido más de ti,
Sólo un poquito más.

Pero no importa,
Después de todo,
Por lo menos sé tu nombre
Y sé que esto,
Que tanto he magnificado,
No ha sido un sueño.

No sé si voy a poder verte
De nuevo
(ojalá pudiera hacerlo)
Pero sé que hablaremos
De muchas maneras,
Creando nuevos espacios.

Todavía necesito evitar
Algunos lugares y situaciones
Pero lo que queda
Al final
Es una gran tranquilidad.

Te marchas,
Pero no te he perdido.

Eres una supernova
Brillante y fugaz.
Aún sigo aqui,
Simple mortal,
Con la boca abierta
Mirando al cielo,
Sin terminar de creer
Lo que ha pasado.

Nunca antes había sentido la necesidad
De ser tan sincero
Como ahora:

Por todo aquello que sabes
Pero sobretodo,
Por todo lo que nunca te
He dicho,

Gracias Julia.

Gracias.

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