viernes, 14 de mayo de 2010

Rumbo al Pequod

Tengo una inquietante tranquilidad. Estoy cerca del final de una época de mi vida y parece que es un dia mas. Sin embargo, no puedo engañar a mi alma; hoy, cuando me he acercado a la biblioteca a coger un par de libros y he pensado que quizá sean los ultimos, me ha invadido una especie de melancolia, de tristeza, algo asi como "la juventud es invisiblemente rapida" que me ha torcido un poco el dia. Ademas, llovia. Queda una semana de curso, y despues, el vacio. Mi bagaje en estos cinco años no puede decirse que sea extenso...le he cogido mania a la gente en general y a algunas personas en particular, se ha acentuado la parte menos agradable de mi personalidad y, en definitiva, me llevo pocas cosas de este tiempo, excepto los libros que he leido, los amores no correspondidos que he sentido y la agradable sensacion de ser cada dia un poquito mas inteligente que el mundo que me rodeaba. De todas maneras esto ultimo es algo patológico; no creo que lo haya aprendido en la universidad. Ahora tendre que examinarme ante la historia: ahora que el aprendizaje ha terminado, me toca mover ficha: es el momento de comprobar si esa genialidad latente que creo poseer es real o es solo un mero problema psicologico llamado complejo de superioridad. Tanto si es una cosa como si es otra, lo que si esta claro es que empiezo un camino que, tal y como estan las cosas, tiene toda la pinta de llevarme al infierno, sin embargo es un viaje que me apetece hacer, mas que nada porque me obsesiona la tarea que tengo frente a mi: la filosofia del derecho. Me tomo como un deber el aprender todo lo que pueda del equipo docente que me ha abierto las puertas para asistir como invitado al master que organizan para a continuacion ( una continuacion traducida en años, en una labor vital...) superarlos. Demonios, tengo que conseguir algo que permanezca en el tiempo. Mi caracter me invita al optimismo, me siento incomprendido, solo y atormentado. Quizá son demasiadas expectativas y a lo que deberia haberme dedicado es al derecho mercantil...pero eso de empezar mi trabajo reclamando dinero a los morosos...no me gusta, no. Esa mentalidad de "muchos matarian por estar donde tu estas"...vista con retrospectiva...no me gusta, seria vivir en el engaño. Es decir, tendria una vida economicamente estable ( o bastante estable...) pero espiritualmente pobre: me convertiria en una persona "normal", con su coche, su familia, su trabajo y amistades, pero...sin nada mas. ¿Y QUE MAS SE PUEDE PEDIR?? Mis padres, que de bien jovenes han tenido que saltar por encima de las mas penosas dificultades no entienden demasiado bien mi postura, pero es que yo no quiero vivir en el mundo, yo quiero construirlo, y soy consciente que, como no puedo hacer las dos cosas a la vez, me toca quedarme fuera. Y si, lo se, es una locura que puede que salga mal, pero siento que no tengo mas opciones, siento que solo sere feliz si me dedico a la filosofia, que es lo que me surge de manera natural. No me interesa el dinero ( incluso mi admirado Hegel, el gran filosofo prusiano paso por penurias economicas), ni tampoco las amistades, realmente, cada dia mis intereses mundanos van siendo menores: casi casi que he renunciado al amor... y en definitiva a la vida y sus placeres. Ahora, como si un demonio me estuviera astilleando el alma siento la imperiosa necesidad de largarme de España: sinceramente, no es que me haya aburrido de la vida de aqui, sino que se me ha muerto de niño, no se si me explico...me cargan sus calles, su gente, todo me recuerda a lo que soy, y no a lo que quiero ser...Existe el impedimento del dinero, pero eso es algo que conseguire de una manera u otra...no pienso dejar que mi contexto ( y mas un contexto tan peregrino como el dinero) domine mi voluntad. He quedado encerrado en la dialectica del todo o nada: no quiero medianias...quiero la gloria, quiero el futuro, que nunca muere...es un viaje al infierno buscando una obsesion

Podeis llamarme Ismael...

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