lunes, 21 de enero de 2013

Dora Maar, Dora Maar

You will never die. You will never die. Esto me repito a diario, como un matra. Sobrevivir a mi propia eternidad. Algo dificil, pero se consigue no dejando de pensar, no importa bien el qué, pero sin dejar de hacerlo, como si te movieras. Mantener la calma en tiempos de tormenta, con todo el viento corriendo en tu dirección. Esto no es correcto. No dejarse llevar por los tiempos, es injusto. No quiero mantener la calma, y cuando bebo, lo hago con la intención de emborracharme, pero últimamente no lo consigo. En fin,me estaré haciendo escocés, lo que por otra parte, no me desagradaría. En la cama, tapado, recien duchado, con sueño, pienso en Music Stories: algo pulp, sencillo, rapido, con violencia, sexo, tecnología y música. Mucha música. En fin, todo se reduce a distraerme, por mucho que cambie, sigo manteniendo ese complejo de Dios. Me gusta construir mundos, sentir que tengo el control. Para. Templa. Manda. Esta tarde empiezo, seguro, seguro. Ahora más que nunca necesito llenar mis pulmones con aire, hacerme consciente de lo que me rodea, pero tener una via de escape. La via, por primera vez en mucho mucho tiempo, no eres tú, no es nadie, sino yo mismo. Necesito reafirmarme, demostrarme que puedo crecer o hacerme invisible. Quiero tener el poder. Frases sueltas que no llevan a nada. Sin temas y sin tiempo: es imposible que algo salga bien. La prisa. La espalda. No es tan grave como pensaba. Gracias por hacerme sentir un niño mimado, doctor. La gente. Siempre está ahí, pero afortunadamente, empiezo a solttar las cadenas de su opinión. Puedo disfrutar más de ellos. Sintiendo que no necesito a nadie para ser feliz, toda compañia es buena, toda es un pasatiempo. No pongo en juego nada vital. Es algo asi como una zona de confort, o por lo menos ese es el nombre que le puse hace un tiempo. Si, lo sé, soy mucho de ponerle nombres a las cosas. En cierta manera es una forma de seguir jugando a Dios. Les pongo nombre y ¡pam! ya son mias. No estoy enamorado de nadie, y ni falta que hace. Soy feliz leyendo, escribiendo, jugando con mi perro y manteniendo un duelo de ambiciones con Napoleón. No digo que mi vida sea la más emocionante del mundo, pero puede llegar a serlo. Por lo menos no he hecho nada aún que me impida disponer de esa opción. Jockey. Al caballo. Corre, corre. Otra cosa que me entretiene mucho es pensar en nombres de caballos: si tuviera uno, lo llamaría Troyano. Español tambien me gusta como nombre de caballo. Quizá sea el único contexto en el que me gusta esa palabra, aunque a decir verdad, tampoco es algo que me quite el sueño: mi patria es mi juventud, mi familia, los seres que quiero. Todos los demás, todo el mundo, con sus noticias y sus preocupaciones son barbaroi, extranjeros, extraños satelites que rondan a mi alrededor. Pero me importan una mierda. En fin, creo que, si soy sincero, este es uno de mis peores posts, no he dicho absolutamente nada y he resultado irritantemente trivial. Let's fishing. Esta canción me hace pensar " Estoy triste, pero no importa":

No hay comentarios:

Publicar un comentario