domingo, 11 de abril de 2010

El titan, fuente de vida

Al final he tenido que ir a comprar un par de discos a mi Fnac para que se me pasara un poco el dia de hoy: The Man Who Sold The World, de Bowie y Back in Black, de los Ac/Dc, a siete euros cada uno, no esta mal. Es verdad, es un poco miserable tener que recurrir a estas cosas para olvidar, pero hoy mis penas eran gigantes, con su terrible fuerza recuperada, destrutoras y amorfas, capaces de presentarse en cada insignificante detalle: en la ducha, en el reflejo del sol al pasear por la calle...en definitiva, la incomunicacion en todas sus formas posibles. Noto que este post me esta saliendo un pelin forzado, casi diria a quien lo leyera que intentara hacer otra cosa, que este esta hoy un pelin aburrido con tanto lloriqueo infantil, la verdad es que posiblemente esa vocecilla interior tiene razon. Los medicos cuando les conte mi situacion tambien me miraron indulgentes, como un caso poco importante, como un paciente comun que se soluciona con un par de pastillas y con un test ( el de Millon, creo). Respecto a las pastillas, solo las tome una semana, me hacian caer como un tronco a las diez de la noche y el test...bueno eso aun no lo he hecho, aunque tiene preguntas graciosas como : "en el ultimo año he aparecido en varias portadas de revistas de moda" o "he cruzado mas de diez veces el atlantico en el ultimo mes". Esta claro que, a menos que seas Carmen Kass o un ejecutivo de alguna multinacional, el diagnostico es evidente: esquizofrenia. En fin, me resigno a mi propia miseria, con el mayor sentido del humor del que puedo ser capaz e intentando darme cuenta de que quiza la gracia no este en las cosas grandes, en la posteridad, sino en esas cosas que dejo pasar y que perfectamente podria hacer, pero me dan miedo porque mas o menos intuyo que la respuesta va a ser desagradable. Es lo que me pasa con Noelia. Bueno, la historia es larga, aunque se puede resumir bastante: a ver, hace unos años, mi hermana estuvo una temporada ingresada en un hospital ( por motivos que no os importan) y yo estaba bastante jodido por ello. Una vez fui a comprar a Mercadona y una cajera me dijo una frase, no la recuerdo bien, pero la recibi de muy buen grado, me alegró tener contacto humano sincero ( o eso quise creer) con alguien en aquellos dias. La cajera era Noelia. Y a partir de entonces me dio por ir a comprar todos los dias alli: la buscaba en su caja y alli recibia alguna frase que otra en el tiempo en el que pasaba el pan por el contador, en fin no gran cosa pero a mi me servia, lo recibia como un niño pequeño toma un juguete. Esa costumbre permanecio casi un año, te tengo que invitar a algo, claro que si, la semana que viene te viene bien? no, no puedo me voy, en fin, yo tampoco sabia como desenvolverme en esas situaciones, lo que seguro me daba un curioso aspecto de pipiolo bastante lamentable. Recuerdo que pasado el tiempo, siempre seguia yendo a visitarla en esos momentos de pan o leche o pienso para los perros, ella me dio su telefono: no se lo habia pedido pero ella me lo dio, como intentando ayudar a aquel chaval tan torpe. Tengo la semana que viene de vacaciones, te llamo y tomamos ese cafe, si quieres podemos ir a jugar a un billar aunque te digo que yo juego muy bien ya lo veremos. son 10, 75, adios!. Esa semana justo era la de la mudanza de la tienda de mis padres y no pude quedar con ella. Al volver note que la habia decepcionado un poco, pero me seguia gustando hablar con ella aquellos ratitos, ver sus ojos verdes y su pelo rojo. Finalmente, habian pasado ya casi tres años desde aquella primera frase, quedamos para tomar algo un sabado por la noche. Bien, me recogio en su coche. Iba muy guapa, con un vestido cortito que le quedaba muy bien. Mientras intentaba aparcar hubo un simulacro de conversacion, yo le decia lo que me gustaban esas frases ( tan ingeniosas que siempre me pillaban en fuera de juego) y ella me decia que tambien le gustaba verme por alli cuando tenia mucho trabajo. Al bajar del coche, rumbo de la Ruta de la Madera, descubri que era dos años mayor que yo, creo que eso no le sento muy bien. Luego, me explico que habia tenido un novio y que habia sido una relacion muy dificil, que le habia puesto los cuernos con una amiga y que cuando se peleaban se sacudian el uno al otro. Que estaba estudiando para ser profesora de autoescuela, porque queria progresar y no ser siempre una cajera. Yo me asuste. No le conte nada de mi, de mis problemas ni de mis inquietudes, me limite a ponerme una mascara. A la primera oportunidad, alegue que mis padres se encontraban mal y que tenia que volver a casa, me acompaño hasta el mercado y, una vez alli, me abrazo con su pequeño y delgado cuerpo y me dijo: eres muy guapo. Desde aquel dia no he vuelto a hablar con ella, durante un año no entre a mercadona o si lo hacia intentaba hacerlo desde la otra puerta. A los meses cuando la veia desde la ventana del coche al pasar, me percate de que se habia cortado el pelo a lo garçon. No le quedaba bien, le daba un aspecto de macarra. Con el tiempo le volvio a crecer el pelo y volvio su mas o menos imagen de lozania, aunque alli, sigue, en el cajero, sin enseñar a nadie a conducir. Ahora, aunque me atreva a entrar por su puerta, y ella este alli, no la saludo y siempre voy hablando o con mi padre o con mi hermana, mirando al lado contrario de donde esta ella. No era mi chica ideal. No era mi musa. Nuestros gustos eran incompatibles y, seguramente, de haber surgido algo, no hubiera funcionado, pero se que no me porte bien al hacer lo que hice ( o no hacer lo que tendria que haber hecho). De vez en cuando tengo la tentacion de entrar, mirarla a la cara y decirle simplemente: Perdon. Pero se que eso jamas ocurrira, no mientras siga siendo Isidoro Madrid y mi cabeza este mas pendiente de pensar en cuanto me quiere la gente en lugar de intentar demostrar cuanto quiero yo a la gente. En fin, hay cosas que nunca entenderé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario